Una extraña sensación ataca mis entrañas, recorre mis venas dilatando cada vaso, impulsando un casi ya olvidado estado.
Una desconocida ha entrado sin aviso a mi cuerpo, lo posee y durante unos minutos se adueña de toda cavilación ejecutada por mi mente. Me jacté del control, subestimé a la sangre y ahora estoy aquí empalideciendo, confusa, perdida,,,sola.
Me aislo en busca de respuestas mientras me desangro en el anhelo, me pierdo en el último respiro, me dejo envolver por la última mirada. Mi piel desierta grita auxilio por un roce.
Toda teoría formulada, cada bloque condensado, por breves instantes muestran grietas por donde dejo fluir a lo etéreo, lo que detesto, pero que simplemente por ahora, sólo ahora, no temo abrazar y hacer mío.
Disfruto este momento, quiero sin escudos gozar la debilidad de lo sublime que resulta el anhelo por lo impalpable. Convencerse por escasos minutos de tener en las manos lo abstracto.
Comienzo a sentir el descenso, el fuego se va helando, la agonía se vuelve más tenue. Una ajena silueta abandona mi cuerpo y me reincorporo con la entereza de cada día. "El universo no distingue cinco minutos de cien años luz, yo trato de tenerlo siempre presente"
"Los cinco minutos te hacen florecer" ,,,los cinco minutos fueron y son lo que llamaré eterno,,,
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